lunes, 18 de octubre de 2010

Oculo mentiras

Hay ojos que saben mentir
tan armoniosamente bien.
Eso fui. Eso eres.
Tu aprendiste la técnica.
Del mejor.
Yo aprendí a reconocerla.
De la más perversa.

Así paso a paso.
Nos fuimos enrendando.
Confundiendo.
Yo desaprendí la virtud
de la infame elocuencia.
Y tu no terminas de humillar
a quien se te cruza
con esa hipocresía
con la cual recibes a puertas abiertas.

Miente y miéntete.
Continúa.
Jugando. Perdiéndote.

Tu le perteneces al mundo
y el mundo pide a arcadas
una nueva jugada...para enredarte y elevarte.
Mundano que se siente arraigado
a la soledad
única compañía son las dudas
que no tienes acerca de ti.
Tu vida subordinada a lo externo.
Un hombre solo. Una mujer sola.


Pisoteáme.
Paga con la misma moneda
Trata de cometer conmigo el mismo trueque.
Yo no voy a caer en tu fosa
dónde sólo hay competidores
entre quienes no hay más
que potenciales traidores.

Si sólo conoces mentiras.
¿Cómo han de pedirte una verdad?
Si como pequeño las confundes
y cavas tu propia tumba
donde una vez cada tanto
como autoindulgencia reposas en ella...
¿Acaso te reprochas mentir?
No.
Sólo no te perdonas
el extraviarte entre medio de las mentiras
te transformas en un perro
que va a merced de su dueño.
Tu vida es una mentira
y ella disfruta siendo tu amo.

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