Me sabe a asco las tierras desoladas del individualismo virtual
más cuando más me esmero en que esta atónita no realidad
condicione más la vida de verdad
donde hay pasto que tocar y cielo que admirar.
Bebemos sin tapujos y poco discernimiento
el veneno que ellos nos colocan
llevamos la infección tan arraigada
que desconocemos la terrible enfermedad
que a la humanidad la hará caducar
desfallecer y algunos a no muchos madurar.
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